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miércoles, 25 de enero de 2012

A Kika y Kike

Me quedé con el Augmentine en la mano.
No tenías meses aun más que para tener una sola vida.
Ya casi éramos amigos. Te dejabas acariciar cuando querías como tu condición manda.
Eras mi esperanza viendo a Kike tu papi con ese resfriado crónico que me auguraba una difícil superación del frío invierno.
Tus ojos verdes claro como tu madre, La Abuela, me hacían comprender tu recelo y desconfianza, pero desde que dejaste de seguirla a ella y te cobijabas al lado del bueno de Kike, quien te dejaba que le molestases con tus constantes juegos por tu incansable poca edad, y ahora siempre te ponías a su lado con el frío, incluso te recostabas encima de él para entrar en calor. Son estampas muy entrañables que no podré olvidar.  





De 7 vidas nada, una y muy cortita porque no creo que tuvieses más de 5 meses.  Tanta vitalidad, quién iba a pensar viéndote antes subir y bajar y saltar de los árboles, que tenías los días contados. No ha sido el tráfico, que tú siempre tuviste la previsión de pasar por el paso cebra y mirar mucho antes de decidirte a cruzar la calle,  no ha sido ninguno de esos maniáticos con catofobia o niños crueles que se sienten superiores porque en su casa les calientan la badana. Pues no, seguramente habrán sido tus padres, y sobre todo el bueno de Kike, quienes posiblemente te hayan contagiado ese virus que junto al descenso de las defensas con las frías y largas noches, han acabado con tu corta vida y mi gran esperanza. Esta madrugada se acabó todo. Te encontré al buscarte con la la pipeta de antibiótico en la mano para intentar hacer algo también por ti, pero te encontré donde esperaba, con las cuatros patitas bien estiradas, sí, rigor mortis, pero como si te estuvieses desemperezando al despertar en un nuevo día de un cielo para vosotros que también debe de haber, donde jugar sin parar y cotillear sin fin de recovecos, altos, árboles, insectos y pájaros que perseguir, ratoncillos y lagartijas, mariposas o cosas que sólo vosotros sois capaces de ver u oir. Disfruta y no descanses en ese nirvana donde no hay perros que te hagan erizarte y bufar, sino que no pares de jugar con todas las cosas que por sencillas que sean tanto te llaman la atención, donde nunca te faltará el rico alimento groumet como te gusta, y donde no os falta el cariño y mimo, el calorcito y tejidos donde restregaros, y que nunca dejes de ronronear feliz y satisfecha.
Tardaré en olvidarte Kika, tu pelo suave y los vivos ojos verdes claros, ese color negro cerca del lagrimal de los ojos que me hacía limpiarte una y otra vez las legañas, pero sobre todo por tanto parecido a mi amigo Kike.
No soy un maniático con los animales, pero si he llorado mucho esta mañana. No hay pompas ni entierro, ni tampoco os voy a decir que quien quiera puede pasarse por el contenedor de basura en la calle donde vivió los últimos días de su vida, sin necesidad de rebuscar mucho, envuelto en una bolsa de plástico transparente, y sin maquillar ni embalsamar, porque la verdad es que ni le miré su carita cuando la recogí, y aunque lo hubiese intentado tampoco habría sido capaz por tener los ojos con lágrimas a chorros en ese momento.


Hoy es un día triste para mí, te voy a echar mucho en falta cada vez que pase por el comedero para ver si no les falta nada a tus congéneres... Y éste es mi adiós.



El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.


Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.




continúo…
Ya hace más de 3 años, quizá sean cuatro, apareció por los comederos de los gatitos del barrio, cerca de los contenedores de basura. Antes de llegar a ellos, en un tiempo se podían contar más de diez por la noche que se sentaban dispersos por esta especie de plaza de entrada y próxima a la calle. Éste era más confiado que el resto o tenía mucho hambre pero llegaba a acercarse a comer, aun con mucho recelo, mientras yo permanecía en cuclillas allí al lado, y después consentía las caricias mientras comía, es algo que los diferencia claramente de los perros a los que hay que educar para que dejen de comer en este caso para eliminar el peligro de que los niños les interrumpa en su más primitivo instinto.
He jugado con muchos pequeñines, los más confiados o locuelos, algunos maltratados por lo niños, a veces levanto la cabeza al pasar por un portal por si puedo ver a uno de ellos en el perfil de una ventana abierta o sobre la  máquina de un aire-acondicionado de Mari, a ese lo salvó esta señora que lo llevó a la veterinaria y después convenció a su marido para volver a tener otro en casa, ya tuvo uno de raza precioso que le desapareció, se lo robaron. Otros cachorros corrieron peor suerte, el tráfico para estos pequeños juguetones es el peor enemigo de la noche.
Últimamente ya eran mayores los que ganaban mi cariño y se llevaban mis mimos: la rubita muy mimosa pequeña y delgada, perdió pelo a rayas y empezó a notársele sin fuerzas y no quería ya comer, y un día dejó de aparecer a mi llamada. Simultáneamente y después de su desaparición, andaba otra gatita que aparentaba más corpulencia pero que no era más que pelo, un pelo esponjoso, suave y limpio, mucho mejor que un peluche. Por su colorido me enteré de un tipo genético, casi exclusivo de hembras, y estériles normalmente, es por ello que la llamaba Carey. También ella se dejaba acariciar después de ganármela y comía mucho, sólo llegaba por las noches desde otro lugar, muchas veces la buscaba y llamaba justo al anochecer que es cuando ella llegaba, y siempre después volvía a su “barrio”, también empezó a quedar flaquita y perder fuerzas, y ya era dos veces al día cuando se acercaba por los comederos. Como la rubita tardó pocas semanas en dejar de aparecer, y fue después que una noche la viese cansada respirando con dificultad por lo que pensé que no le quedaba mucho. Después ya, alguna otra que llevaba mucho tiempo hecha una mierda descuidada, sucia y llena de mocos, legañas y la boca sucia, pero que comía con apetito, llegó un día que se dejaba acariciar y se tendía en el suelo para que la pudiese mimar, también tardo días desde ese momento en encontrarla sin vida, estaba hecha una mierda la pobre, pequeña, delgada, era feilla, de un gris claro, pero sabía que le tenía que dar mimos porque ya no iba a estar allí mucho más. Han sido muchos los que he visto, pero han desaparecido, a muchos yo mismo los he puesto su mortaja de periódicos o he metido en bolsas de plástico, para acompañarlos por última vez, y sólo hasta los cubos de basura.
Como decía al comienzo de la esta segunda parte, ya hace mucho que conocía a Kike, limpito con sus partes blancas, como las patitas, impolutas. Lo llamaba y veía llegar por lo alto de una tapia, llegaba desde algún lugar donde pasaba la noche y donde se crió por dos años posiblemente. A veces lograba cogerlo para que no saltase desde esa altura, pensaba que se iba a descoyuntar de tanta altura, más de dos metros, aunque después me dijeron que a “la abuela” (que siempre ha tenido crías preciosas que los vecinos se han llevado a casa), la vieron saltar en el mismo lugar con un gatito de días en la boca, esta cría pudo ser entonces la Kika.
Kike, después de que jugué horas con él, después de estar ya comido, con sus caricias incluidas, se hizo mi amigo. En las noches del frio invierno, saltaba sombre mis rodillas en el momento que me veía sentarme en algún banco de la calle, le gustaban mis caricias o posiblemente el calorcito, como si yo fuese su sofá preferido. Ya entonces le dada comida aparte del resto de gatos callejeros, con una bolsa sombre el banco donde me sentaba, después también hacía lo mismo la Carey. Cuando llovía, saltaba sombre el maletero del coche donde le abría la bolsa con comida, de forma que no se mojase mientras comía, lo días de mucha lluvia es cuando peor puedes ponerles las bandejas con comida seca, empapada no se la comen. También la Kika aprendió a saltar al maletero para comer con Kike desde que apenas era capaz de alcanzar de un salto y necesitaba del apoyo intermedio del paragolpes.
Más de dos años conmigo Kike pero en la calle, siempre maullaba como loco cuando me veía, nunca sabía si era porque lo que quería era comida, agua o mimos. En aquellos comienzos con el frio entraba conmigo al coche con la calefacción puesta, sobre mis piernas y escondiendo su cabeza de la luz para dormirse un rato calentito.
Últimamente, intentaba meterse dentro de mi chaquetón, con sus manos quería abrirlo y metía su cabeza en estos días de frio de este invierno.
No he llorado hoy mucho, quizá porque encontré a los de la limpieza municipal con el camión, les pedí un palo o algo cuando andaban donde los cubos contenedores de basura y les dije para que era, ellos me dijeron que habían recibido una llamada para que mirasen en el jardín, a lo que les dije que era por eso precisamente, y que estaba bajo un coche y no alcanzaba, lo sacamos con una escoba me dijo uno de ellos. Cuando lo metían en una bolsa verde muy grande, le dije adiós, y dije que eran tres años, y me dijo uno que si era mío, le dije que yo era suyo, y continuó: ya se acabó para él, y me dijo que los incineraban.
Ya entonces lloraba pero no mucho, y tampoco tenía mucho que decir ni  por qué a ellos. He subido a casa con lloro de sólo lágrimas, pero lo dejé enseguida al reencontrarme con mi princesa. Sin embargo caí después en la tontería o tentación de mirar por la ventana hacia el jardín de la calle donde a esa hora solía sestear hasta el anochecer y más tarde, a veces hasta que lo despertaba yo, y recordé allí la estampa de él con la Kika sobre su lomo o ésta arrimadita al bueno de Kike, esa estampa que seguía en minutos a la foto de arriba.
Ahora después de todo el rollo para contaros, pienso que no tengo palabras para expresar lo que siento. Buscaré una foto de él, algunas ya lo conocéis de verlo en mis brazos.



Tenía todas las plantas blancas menos la mano izquierda, al revés que mi princesa que tiene todas negras menos la mano derecha que la tiene blanca.


Y para los que no los conocéis de algún link que pusiese en la Hesko. Esta es la Rubita:



Y esta la Carey:






Dos crías de "la abuela":






Aun nos queda la gorda, Bissy, ella va por otro lado, tiene miedo a los gatos callejeros, está esterelizada, vaya gracia que tiene verla andar ligera delante de mí moviendo su cuerpo serrano:






Y además, y sobre todo, mi princesa:




18 comentarios:

Helíades dijo...

Txumi, cuanto lo siento. Entiendo tu dolor porque yo he pasado por ello. Nunca hay consuelo cuando se pierde algo querido sólo nos queda la oportunidad del recuerdo.

Ánimo amigo! Si necesitas charlar ya sabes donde encontrarme, los gatos son mi pasión.

Un beso.

ross dijo...

Txumi,que sepas que me has hecho llorar contigo,
por que me has transmitido toda esa pena,que sientes.
Cuanto siento,no poderte dar un abrazo,y no solo estas cuatro letras.
Que suerte tienen esos gatos contigo.
Muxus

Kaytxar dijo...

joder ;-[ ;-[
lo siento
;-[
;-[

Hilo y punto dijo...

Hola Txumai,lo siento mucho te entiendo yo de pequeña tambien teniamos gatos en casa y se les llega a querer muchisimo,y yo se que tu quieres a los animales sobre todo a los gatitos,los gatos tambien tienen su instinto que si les quieres se hacen querer. muakassss Txumai nos vemos en las brujis

AM dijo...

Lo siento mucho. En los ultimos 21 años han pasado por casa 2 perros y 28 gatos. Cada animalillo con su carácter y su forma de ser... Nos hacen pasar tan buenos ratos, tan divertidos, tan tiernos, tan sorprendentes... algún entierro en el jardín al principio... pero luego con tantos, unos durando desde 15 años, a meses, pues no era posible...

Pero se les echa de menos... y al ver a otros congéneres, intentas averiguar si se parecen en esto o en lo otro...

Txumai... un abrazo y un ronroneo. AM.

Goethe dijo...

Por un momento me he sentido ahí, contigo, mirando por la ventana y esperando verlo aparecer, como si fuera un cuento que, en un giro del argumento, inesperadamente acaba bien, aunque sus primeras líneas te hubieran hecho intuir un trágico final.
Ojalá la vida fuera como los cuentos. Ojalá.

Lo siento muchísimo.

Eres una persona muy sensible. Qué suerte tienen esos animalitos contigo. Y qué suerte tienen, aún más, los que te rodean.

Un beso muy fuerte.

Trizssa dijo...

Hola guapeton,vaya cuanto lo siento,ayer que me lo contabas,que apenado te sentia,es lo que tiene,que la gente no se conciencie mas de los gatos callejeros y que hagan por adoptarlos,aveces prefieren pagar,sin darse cuenta que estos que viven en la calle son mas agradecidos que los demas,pero asi es la vida,los que miramos por ellos,sabemos que muchos se nos quedan en el camino,entre catarros y la dichosa leucemia felina,que son faciles de combatir si se les coje a tiempo.muaksssssss txumiiiii guapoooooo,espero que los que te lean se conciencien mas dee lo que hay.

bruji dijo...

Hola mi brujo guapo, ¡¡¡no sabes cuando lo siento!!!!, comparto contigo tú dolor, pues te entiendo perfectamente.

Pero cielo, tú has hecho por ella todo lo que has podido, que muy pocas personas se preocupan de esos seres entrañables que crecen libremente a nuestro alrededor.

Demuestras ser una de las personas mas sensibles y humanas que he tenido el honor de conocer.

Un fuerte abrazo amigo mio, y que sepas que te quiero y que cuantas con mi apoyo.

Muxutxus txumai, mi brujo guapo.

Txumai dijo...

Gracias, para los que no hayáis sido capaces de leer todo el el rollo nostálgico o al leer en diagonal no lo habéis entendido: el miércoles por la mañana encontré a la Kika, la pequeñina, y ayer jueves al medio día a Kike, su presunto papi. Hoy en el jardín he visto sola a La Abuela, presunta mami, no sé si les echará en falta, ha tenido tantas camadas que debe estar acostumbrada. Que vida llevan los pobres.

Anónimo dijo...

hola txumi muakk mi niño cuanto siento lo de la gatita se cuanto estaba encariñado con ella que alguna noche me lo contabas yo gato no he tenido nunca pero si un perro y puedo entender el dolor que sientes lo unico que te doy todo mi animo y apoyo muchos besitos muakkkk y ya sabes donde estoy

Txumai dijo...

Criss, la gatita y el gato.

Nadie me ha dicho nada sombre la foto de la Rubita que no sale, joder, ya veo que leéis.

Txumai dijo...

Ah, y ni en lo juegos entráis ya :(

Ni me avisáis de que 6 ó más ni aparecen. Debe ser que con esto del magaupload a un colegio de torrejón le ha entrada canguis 8D

Trizssa dijo...

para que veas que estoy besos guapooooooo
;D ;D ;D ;D

Trizssa dijo...

y por si te quedaa algo de duda :P :P :P
muakssssssssssssssssss ;D ;D ;D

Unknown dijo...

!!Hola Txumai!!

Siento mucho lo de los gatitos,mon ami,da penita perder a los animales, se les coge cariño.
Animo,Txumai,todavía te quedan muchos para cuidar y te necesitan.
Besitos Txumai,de los mios

Juana Maria dijo...

txumai, se por lo que has pasado, pero lo bueno que se han llevado, es que alguien los ha querido y mucho, quedate con eso. besos y animo.

Unknown dijo...

!!Hola txumai!!

Vengo a dejarte besitos de los mios para q te animes,mon ami.
Te eche de menos en las brujis,cherie.
Besitos txumai, y tu princesa es una gata bellisima,de veras.

Txumai dijo...

Releyendo y recordando a mis gatitos de la calle, y viendo esta foto la Sissí, creo que mejor es ver las fotos suyas aquí abajo en la galería, justo antes de la Pepi.

A ver qué tienes que decir

:-) 8-S B-P ;-[ 8-D }:-) x* ;-D :-] :-P :*) :-( ;-) XD
:-) 8-S B-P ;-[ 8-D }:-) x* ;-D :-] :-P :*) :-( ;-) XD

behera

gora