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sábado, 29 de julio de 2023

Del origen de la vida a la evolución futura

Después de pensar en cómo pudo ser el origen de la vida, al menos en nuestro planeta, ahora estaría bien pensar en cómo fue la evolución de esos seres vivos primigenios hasta nosotros mismos como culmen.

Ya vimos en el origen de la vida cómo fue necesario que distintas células se agrupasen para formar barreras ya que debían relacionarse con el entorno como grupo, es como el origen de los clanes, sociedades y gremios.

Algunos “juegos de la vida” son modelos con reglas básicas en los que paso a paso se ven los desplazamientos, relaciones de cada “célula” con las de su entorno evolucionando, viviendo, viviendo mejor en grupos hasta un máximo de elementos difícil de mantenerse (muertes de inanición), o incluso elementos dispersos muriendo de soledad. Posteriores juegos como el antiguo juego chino, japonés Go, del mismo modo trata de la misma idea, y en la edad media con diferencia de clases y tratando de reflejar una batalla, tuvo mucho éxito, y hasta nuestros días, el ajedrez.

Un efecto extraño pero fundamental durante toda la evolución fue catalizador de los cambios, además de la adaptación al entorno con otras células o medio químico por ejemplo, fue el recibir o el intercambio de algún tipo de energía.

Comencé hablando de pensar, pero podría haber dicho investigar o trabajar con vistas al futuro. Porque eso de olvidar el pasado y sólo pensar en el futuro es sólo un disparate, no podemos empezar desde cero, aunque por desgracia a veces ocurre.

Algunos de los pensamientos antiguos recogidos de las tradiciones orales tenemos desde la materia inerte como el barro y el soplo como energía para dar la vida. Hasta ese pecado de querer saber y ser como dioses, y claro para poder saber y conocer algo necesitamos el estudio y TRABAJO, aunque cada vez el horizonte siga a distancia insalvable. Bueno, esto de las religiones y dioses está claro que se crea a imagen y semejanza de nosotros mismos, lo bueno y lo malo.

Y siguiendo con las sociedades, y olvidándonos de las guerras, y viendo como se mantienen a base de normas o reglas que responden a las necesidades de mantenerse unidos para defenderse de lo demás, vemos que son como ley natural, Moisés llevó (supuestamente) el decálogo de lo que ya tenían establecido.

Pensar a vista de millones de años la evolución del ser humano sería normal si ya conocemos algo del pasado, pero es más fácil poner por delante un tropiezo y así cortamos por lo sano (big-bang, creación del hombre, pecado original, episodios bíblicos y religiosos incontables, y esperar otros como finales), porque para después ya ni podemos pensar o sólo imaginar, aunque la cinematografía y algunas super-naciones pongan fuera de nuestro planeta ese catastrófico futuro.

Pero vamos a mirar al futuro de forma más positiva. Veamos la diferenciación y origen del ser humano como evolución, eso de descender del mono. Ahora mismo y si no nos da miedo pensar en los efectos de la ciencia, nivel conocimiento y dependencia de las nuevas tecnologías, con el cóctel explosivo en manos de los poderosos para que el “pueblo” pueda acceder a todo el conocimiento sin esfuerzo pero manipulando la forma, aumentando su poder y control sobre una masa enorme de personas, sabiendo que en el futuro estarán perdidos. ¿Será esa raza de super-poderosos los que dominen nuestro planeta dejando en la estacada de la evolución al resto de los seres “humanos”?

Bueno, esto también lo hemos visto en la ciencia ficción, sea con los robots o sea con los simios. Pero mejor pensemos en los robots. Los bots ahora son los grandes dueños de las finanzas, dueños del marketing comercial e ideológico, y lobbies en la política.

Serán robots los que diseñen y fabriquen a otros robots, y serán tan inteligentes o a imagen y semejanza del ser humano, su dios. Y querrán saber más y más, y si son ellos los que diseñen y fabriquen esas nuevas generaciones y revisiones de “semejantes” también podrán trucar y crear generaciones sin límite de vida, sin obsolescencia (Blade Runner). Querrán ser y serán como dioses, como sus creadores, con poder casi infinito. Ahí es donde ya podemos confundir un final con un nuevo comienzo en la evolución, ¿serán seres humanos o estos robots se considerarán a sí mismos como los herederos del planeta? Esto no sería tan malo como final si nos alejamos de lo que pudo ocurrir antes con esta diferenciación entre poderosos manejando el pensamiento de los que teniendo todo hecho dejaron de pensar convirtiéndonos en una piara de hambrientos de todo sin esfuerzo para ya mismo.

Quizá algunos vemos algo de esto ya en todos los ordenes de cosas, y así es como podemos imaginar el futuro, sin olvidarnos de cuando jugábamos en las calles o pasábamos horas en la biblioteca, aunque fuese leyendo la historia de los galos y Asterix.

behera

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