Los cuerpos o vehículos del alma en sus mundos.
El crecimiento del alma y necesidad de reencarnarse.
El
crecimiento del alma se efectúa al principio por adquisición de experiencias en
los reinos inferiores en los que se halla su verdadera morada. Para esto
reencarna; esto es:
1º
Atrae materia del plano mental inferior y forma con ella el cuerpo mental con
que ha de pensar; es decir, con que ha de traducir el mundo exterior de los
fenómenos a términos de pensamientos y leyes concretos.
2º Atrae
materia astral y forma con ella un cuerpo astral con que sentir; esto es, con
que traducir el mundo fenomenal a términos de deseos y emociones personales.
3º
Se provee de un cuerpo físico apropiado con que obrar; es decir, con que
traducir el mundo a términos de propiedades físicas: pesado o ligero, caliente
o frío, movible o inmovible, etc.
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LOS VEHICULOS | DEL ALMA |
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Mundo
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Superior
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Cuerpo causal
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Para desarrollar
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Ideales
Pensamientos abstractos
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mental
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Cuerpo mental
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Para pensar
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Ideas
Pensamientos concretos
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Mundo astral
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Cuerpo astral
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Para sentir
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Emociones
Deseos
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Mundo físico
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Cuerpo físico
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Para obrar
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Reacciones sensoriales
Acciones
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Este
proceso de revestirse el alma de estos tres cuerpos es la Reencarnación.
Durante la vida del cuerpo físico toda vibración a que los nervios responden
causa una reacción sensoria en el cerebro; el cuerpo astral la juzga agradable
o desagradable; el cuerpo mental anota el juicio del astral y traduce la
impresión en pensamiento, y, por último, el alma registra este pensamiento en
el cuerpo causal. El alma envía su respuesta al fenómeno del mundo físico, por
el cuerpo mental o astral, y por éste al cerebro físico. Siempre que actúa la
conciencia funciona también este telégrafo del cuerpo causal.
Después
de haber adquirido muchas ideas de este modo, el alma las analiza, las ordena y
las generaliza, traduciéndolas de experimentos de la vida a ideales de
pensamiento y acción; transmuta el mundo fenomenal en conceptos eternos, que
son parte de ella misma.
El proceso de volver de la reencarnación, llamado muerte, no afecta en lo más mínimo al abandona este último y no pone atención ya en los fenómenos astrales, y únicamente observa el mundo mental inferior. Por último arroja de sí también el cuerpo mental y se reintegra plenamente en el Causal sin vehículos inferiores. Una vez más se halla, por decirlo así, en su “domicilio” aunque nunca lo abandonó en realidad, pues no hizo más que enfocar algo de su conciencia y voluntad a través de los vehículos de materia inferior; y los hombres han llamado a esto Reencarnación. Empleó los vehículos por distintos períodos, y, cuando ya no necesitó alma en el Cuerpo Causal, primero se deshecha el cuerpo físico y ya no puede responder por su medio a los fenómenos físicos, pero aún le quedan los cuerpos mental y astral, luego de ellos, los abandona finalmente.
Para
el alma lo que nosotros llamamos vida y muerte no es más que el envío de parte
de su conciencia a los mundos inferiores y su retorno una vez más al suyo
superior.