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viernes, 31 de octubre de 2014

Halloween

 

Halloween, para contar historias de miedo, lo de recordar a nuestros ancestros queda ya para el pasado. Antes era, además del ritual de llevar flores al cementerio, para que nos contasen la historia familiar recorriendo los nombres en las lápidas, y la historia del pueblo por los panteones de gente de más alcurnia dándonos razón con esos apodos que pasan de padres a hijos y con referencia de otros que complicaban mucho seguir el rastro y las explicaciones.
 
Las cosas de los espíritus parece que ya no da mucho miedo como antes porque estaba muy unido a la religión o más bien a las prácticas religiosas. Pero de espíritus en plan “científico” ya escribí una entrada en este blog “El factor inmaterial de los fenómenos”.
 
Y contar historias de miedo ya conté parte de uno de los cuentos de un famoso autor en otra entrada titulada “Pluto”. Así que contaré cosas y sucesos reales de verdad.
 
Algo que digo a la gente después de decirles que no creo en estas cosas, es que sí conozco este tema y muchos que tienen que ver con la parapsicología y la metafísica, concretamente la Teosofía, también hice una simple entrada de Luz en el Sendero, “Yo Soy Eso, y también otra de ”HELENA PETROVNA: Madame Blavatsky”. Pero además algo sobre el conocimiento de gente que da seguridad y confianza. Y es esto:
 
Un compañero en una pensión me contaba, hace muchos años claro, que me quería preguntar qué opinaba yo, al saber que yo andaba en aquella época con lecturas, programas de radio o revistas de estos fenómenos del más allá. Quería mi opinión sobre su historia de niño con su padre que no llegó a dejarlo marcado pero que tampoco había olvidado. En su ciudad de Méjico cuando él era niño se vendían Ouijas para los niños como cualquier juguete, y estaba de moda, y casi todos lo compraban como si fuese el juego de la oca. Pero su padre al verlo le dio una bofetada, la única en su vida, y fue muy seco con él, vino a decirle que eso era una cosa muy seria y que ni se le ocurriese jugar con eso, lo rompió y tiró a la basura.
 
Me explicó que su padre debía saber de eso y que nunca le contó nada más ni tampoco de las reuniones que se hacían en su casa muchos domingos a los que acudían señores todos muy arreglados. La habitación grande de su casa donde se reunían estaba prohibida porque siempre estaba cerrada, y recordaba los emblemas y cosas de esa sala cuando entraban o salían los visitantes, y a su padre con las bandas, simbolos y cosas, de las que sí ya teniendo más edad identificó como de la Masonería. Y ya comprendió que su padre era jefe o de alto rango en esa logia.
 
Mi compañero dijo que nunca se interesó sobre el tema, ni cómo fue que su padre no le dijo nada más. Pero que esta gente debe tener bastante conocimiento sobre todo esto de los espíritus y temas ocultos normalmente.
 
 El intento de contactar con los antepasados es de siempre conocido y hasta hace poco tiempo veíamos un programa de televisión que presentaba a veces gente conocida y los que se prestaban e esto, y la sorpresa por la información que se proporcionaba para autentificar la identidad de la persona contactada era lo que impactaba más que el propio mensaje que siempre solían ser tonterías, pero esto todo el mundo sabía que era uno de tantos fraudes de temas paranormales.
 
Otro de los medios conocidos es esto que nadie comprende ni cómo se puede creer, las psicofonías, sin entrar en detalles de cómo puede ser o en que se basan para pensar que pueda ocurrir ese fenómeno físico, diré que se graba en el silencio de la noche en lugares que supuestamente quedaron atrapados restos de alguna vida, fantasmas, carcasas o cuerpos astrales del deseo, lo que sea, y se les invoca para que alguno de esos “espíritus”, que realmente no tienen mucho de puro, contacten lo mismo que con la Oija pero sin necesidad de tener un conclave con el dedito puesto encima y siempre con la sospecha de que alguno manipula aquello, pero que todos juegan porque alguien les contó esas historias urbanas o de amigos a los que les saltó el vaso por aire, temblores y saltos de la mesa donde se apoyaba el tablero, y que quede el mensaje grabado en la cinta magnética (con los medio ópticos modernos creo que murió el invento lo mismo que las DAT digitales).
 
Sigo con mi experiencia, una grabación no muy tarde y en el silencio de aquella casa pensión, después de un corto intento, en la segunda ocasión ya por largo tiempo pude escuchar después de rebobinar en primer lugar los chasquidos metálicos repetidos, es algo clásico y se asimilan al ruido de cadenas arrastradas por esos fantasmas, ectoplásticos o como sea que algunos han visto en los castillos en tantas historias, como un pesar. Ya después a continuación están esas voces casi sopladas, susurros o con una frecuencia poco normal, en mi experiencia de este caso que relato no se entendía demasiado y como siempre parecían palabras inconexas, pero deje anotado después de muchos rewings y plays algo que tenía dos números y un nombre: “51 Alcalá 20”.
 
Ya al día siguiente comprobé la hora trágica de la noticia y coincidía en los primeros momentos. Un sitio donde pasé algunas noches, no demasiadas, con un amigo la primera vez antes de ser discoteca, Chelsea, un club. Además de parar en distintas ocasiones por esa discoteca también recuerdo tras una boda. También supe de algún conocido que se quedó atrapado aquella noche que sí fue de pánico, terror y tragedia.
 
La otra historia personal no tiene que ver mucho con los espíritus aunque si con un puente en estas fecha. Extrañamente tuve un sueño vívido muy especial por las condiciones en que se dio, y es por esto y recordar todo con detalles que quise interpretarlo, ya dije que en estos temas he tenido conocimientos, por Freud entre otros autores, porque los sueños premonitorios son los últimos antes de despertar normalmente. Así que no queriendo sortear el destino tuve cuidado ese día y miedo la verdad, pero como eso de que el peligro a veces te llama, quise bordear lo que pensé que podía tener consecuencias. Pues cumpliendose al final con todas esos detalles que pude interpretar terminó ocurriendo de todos modos lo que estaba escrito, no fue lo grave como podría pensarse viendo el siniestro al menos para mí que apenas fue cosa de un golpe en la espinilla que mi tía se ocupó de pintar con mercromina, y estar toda la semana quitándome cristales del parabrisas de mi cabeza, los que quedaron tras cepillarme una enfermera en el hospital. Mi amigo tuvo más lesiones, pero nada grave aparte de unos días de baja. El coche salió el más perjudicado, siniestro total después de dar algunas vueltas y matricula de casi cuatro años.
 
Con todo esto quiero decir que no estamos solos, y que una de las películas que más me han gustado es “Los Otros”, Uuuuuuuuu
 
 
 


behera

gora